La solución es fácil: pillar la moto para ir a la compra, al banco, a misa, a la pelu, al quiosco o al estanco. Al menos para los pobres, que seguro que algún forrado prefiere pagar la multa e irse a pasar estas semanas a la segunda residencia.
Ya vimos a Aznar paseando por Marbella, claro que...