Al final has optado por lo que más te gusta y tampoco creo que vayas a notar mucha diferencia en lo que se refiere a moverte al trabajo, pero vas a tener un plus a la hora de disfrutar de la moto.
Estoy en una situación parecida pero en mi caso llevo con la Burgman 125 ya unos 12 años y creo que acerté en la elección porque básicamente la compré para un uso concreto: llevar a las niñas al cole e ir al trabajo, y no me planteaba el uso de la moto para otra cosa, por lo que lo tuve claro en ese momento.
Pero ay, amigo!!!, las niñas ya van solas y me apetece cambiar a una de marchas y hacer salidas y rutas por la costa y la montaña (Las Alpujarras, por ejemplo, me pillan cerca y son una pasada para ir en moto), pero ahora el tema económico manda y se priorizan los gastos en otras necesidades más apremiantes, por tanto la opción de cambiar de moto hay que posponerla para más adelante.
Aparte, la Suzuki está en un estado impecable, con apenas 14.000 kms., neumáticos recién montados y mucho tirón todavía, y claro, después de 12 años de servicio, cuesta hasta desprenderse de ella, habida cuenta de lo bien que hablan de la fiabilidad de su motor.
Aquí hago una puntualización, la moto me la llevé un par de veranos a pie de playa y tengo que decir que aunque aguantó muy bien, sí que le salieron un par de puntos de óxido en zonas sin importancia, pero que tuve que limpiar y pintar después (zona de amortiguadores y tornillos de los espejos). No sé que hubiera pasado si la hubiera dejado durante todo el año, por lo que el tema de ser una marca de reconocimiento puede no ser tan determinante para que aguante las condiciones atmosféricas de la cercanía a la costa.
En fin, que (en mi caso) básicamente en ese momento mis circunstancias, el uso y la utilidad que iba a dar a la moto no son las mismas que las actuales, y cambiar ahora de moto sí que supone un esfuerzo adicional que requiere renunciar a otros caprichos (no se puede tener todo en la vida) y por tanto hay que pensarlo muy bien antes de decidir. Así que como digo, píllate la que más te llene y la que más te guste, lo demás ya vendrá.
Estoy en una situación parecida pero en mi caso llevo con la Burgman 125 ya unos 12 años y creo que acerté en la elección porque básicamente la compré para un uso concreto: llevar a las niñas al cole e ir al trabajo, y no me planteaba el uso de la moto para otra cosa, por lo que lo tuve claro en ese momento.
Pero ay, amigo!!!, las niñas ya van solas y me apetece cambiar a una de marchas y hacer salidas y rutas por la costa y la montaña (Las Alpujarras, por ejemplo, me pillan cerca y son una pasada para ir en moto), pero ahora el tema económico manda y se priorizan los gastos en otras necesidades más apremiantes, por tanto la opción de cambiar de moto hay que posponerla para más adelante.
Aparte, la Suzuki está en un estado impecable, con apenas 14.000 kms., neumáticos recién montados y mucho tirón todavía, y claro, después de 12 años de servicio, cuesta hasta desprenderse de ella, habida cuenta de lo bien que hablan de la fiabilidad de su motor.
Aquí hago una puntualización, la moto me la llevé un par de veranos a pie de playa y tengo que decir que aunque aguantó muy bien, sí que le salieron un par de puntos de óxido en zonas sin importancia, pero que tuve que limpiar y pintar después (zona de amortiguadores y tornillos de los espejos). No sé que hubiera pasado si la hubiera dejado durante todo el año, por lo que el tema de ser una marca de reconocimiento puede no ser tan determinante para que aguante las condiciones atmosféricas de la cercanía a la costa.
En fin, que (en mi caso) básicamente en ese momento mis circunstancias, el uso y la utilidad que iba a dar a la moto no son las mismas que las actuales, y cambiar ahora de moto sí que supone un esfuerzo adicional que requiere renunciar a otros caprichos (no se puede tener todo en la vida) y por tanto hay que pensarlo muy bien antes de decidir. Así que como digo, píllate la que más te llene y la que más te guste, lo demás ya vendrá.