Lo que he visto a lo largo de mi vida (modo viejoven ON), es que depende totalmente de cada persona y la forma de enfocarlo. Hay quien vive para sus hijos (quien de buen grado y quien a lo mártir), y hay quien hace su vida y los niños son cómo un equipaje más. A ver, esto puede sonar mal... me refiero a que haces tu vida y simplemente los niños vienen contigo siempre que es posible. Adaptas tu vida, pero no renuncias a ella.
Luego hay otro efecto curioso con lo de ser padres, que nadie nace enseñado ni es una asignatura que den en el colegio, con lo que se tiende a reproducir inconscientemente la forma en que hemos sido criados, y aplicarlo a los propios hijos (curiosamente muchas veces aumentando algunas cosas "malas" que de niños odiábamos). Al final siempre volvemos al tema de que la sociedad nos exige cumplir unos patrones para obtener la aprovación general, y hacer caso a esas presiones es una gilipollez desde el momento en que cada persona es un mundo, y pretender ser quien no somos, es un camino rápido a la frustración. Los niños aprenden (a parte de comer, dormir, pipi-popo, jugar y dar por saco en el peor momento), y aprenden a desenvolverse por el mundo en base a cómo lo hacemos los que estamos a su alrededor. Si los padres dedican tiempo a su afición (sean las motos, el golf o las maquetas ferroviarias), el niño también le cogerá el gusto a esas afciciones (a su nivel), pasarán de buen grado rato con los padres mientras estos se divierten... y cuando estas aficiones, por lo que sea, no se comparten, aprenderán también que los padres necesita un espacio de "relax" sin el crío, un rato para "jugar" con juguetes de mayores, igual que el niño tiene su rato para jugar.
Estamos, socialmente, en la paradoja de que hay que dárselo todo a los ñinos (si no, eres una mala madre/mal padre), y cuando luego salen niños tiranos y adolescentes ególatras (eres mala madre/mal padre). Jódanse caballeros (y señoras), sale mejor negocio mandar a hacer puñetas los patrones sociales y educar a los hijos (evidentemente pensando en su bienestar y futuro) de acuerdo a los valores de cada uno. Por equivocados que estemos, al menos les daremos el gran valor de la honestidad, que bien vale (cómo París), una misa.
Disculpas de nuevo por el tocho. Será que hoy esto inspirado (o que el café estaba más cargado de lo normal).
Saludos, sean felices y disfruten de la vida con sus hijos.