FriscoRider
New Member
Hola a tod@s. Soy gaditano/campogibraltareño (se trata de un mestizaje geográfico extremadamente tedioso y prolijo de explicar, así que para tranquilidad de todos lo mas prudente será obviar esta cuestión para otra ocasión quizá mas propicia), y en mi juventud fui un gran adicto a las motos, hasta que sufrí un grave accidente que me tuvo fuera de la circulación y enyesado por espacio de varios meses.
Contrariamente a lo que pudiera parecer, no fue el accidente en sí lo que me desenganchó de mi adicción motera sino mi padre que, alarmado, me hizo prometerle solemnemente no volver a coger una moto mientras el viviera (argumentando que de continuar mi historia con las motos acortaría enormemente la mía propia).
Promesa que he cumplido escrupulosamente y por espacio de 29 años... hasta hace unos meses.Y el motivo no ha sido el fallecimiento de mi progenitor (afortunadamente el viejo goza de una salud de hierro), sino porque acabo de cumplir 54 años y he comprendido que lo de retomar de nuevo esta afición era cuestión de ahora...o nunca.
Así que a principios del pasado mes de marzo, me compre una Aquila 125 de segunda mano con 8000 km y hasta el presente, encantado de la moto y de la vida.
Como dato anecdótico, decir que con motivo del 92 cumpleaños de mi padre me presenté en su casa con mi flamante Aquila para felicitarle. Como es natural y por el respeto que como hijo le debo, en el momento que consideré mas oportuno le expliqué que a estas alturas mi vida ya contaba con la suficiente historia como para sentir que quedaba liberado de la promesa que le hice tantos años atrás, por lo que no veía motivos para no volver a disfrutar de esta afición. Se quedó pensativo un instante y me respondió que a su parecer ambos habíamos cumplido de sobra con nuestras obligaciones: él con la de velar por mi y yo con la de haberle obedecido tantos años (he de reconocer que, aunque siempre me ha inspirado gran respeto y cariño, jamás me había sentido tan orgulloso de él como me sentí ese día)
Luego me hizo que le mostrara de cerca la moto, interesándose por su cilindrada y comportamiento, su mantenimiento y el precio que me había costado, etc...
Cual no sería mi sorpresa cuando, algunos días después, al actualizar mi cartilla de ahorros en el banco donde la tengo, descubrí que me había ingresado el importe exacto de la compra del vehículo...
En fin, lo empleare mas adelante para hacerle un regalo, ya que tratar de devolvérselo ahora supondría una evidente falta de tacto, y no conseguiría con ello otra cosa mas que ofenderle
Os ruego me disculpéis el haberme excedido al extenderme tanto en esta presentación :sonrojado:, pero ha ocurrido casi sin darme cuenta y el rectificarla ahora para acortarla pienso que le restaría gran parte de la espontaneidad con la que ha nacido
Saludos cordiales, gracias por vuestra paciencia y buena ruta a todos
Contrariamente a lo que pudiera parecer, no fue el accidente en sí lo que me desenganchó de mi adicción motera sino mi padre que, alarmado, me hizo prometerle solemnemente no volver a coger una moto mientras el viviera (argumentando que de continuar mi historia con las motos acortaría enormemente la mía propia).
Promesa que he cumplido escrupulosamente y por espacio de 29 años... hasta hace unos meses.Y el motivo no ha sido el fallecimiento de mi progenitor (afortunadamente el viejo goza de una salud de hierro), sino porque acabo de cumplir 54 años y he comprendido que lo de retomar de nuevo esta afición era cuestión de ahora...o nunca.
Así que a principios del pasado mes de marzo, me compre una Aquila 125 de segunda mano con 8000 km y hasta el presente, encantado de la moto y de la vida.
Como dato anecdótico, decir que con motivo del 92 cumpleaños de mi padre me presenté en su casa con mi flamante Aquila para felicitarle. Como es natural y por el respeto que como hijo le debo, en el momento que consideré mas oportuno le expliqué que a estas alturas mi vida ya contaba con la suficiente historia como para sentir que quedaba liberado de la promesa que le hice tantos años atrás, por lo que no veía motivos para no volver a disfrutar de esta afición. Se quedó pensativo un instante y me respondió que a su parecer ambos habíamos cumplido de sobra con nuestras obligaciones: él con la de velar por mi y yo con la de haberle obedecido tantos años (he de reconocer que, aunque siempre me ha inspirado gran respeto y cariño, jamás me había sentido tan orgulloso de él como me sentí ese día)
Luego me hizo que le mostrara de cerca la moto, interesándose por su cilindrada y comportamiento, su mantenimiento y el precio que me había costado, etc...
Cual no sería mi sorpresa cuando, algunos días después, al actualizar mi cartilla de ahorros en el banco donde la tengo, descubrí que me había ingresado el importe exacto de la compra del vehículo...
En fin, lo empleare mas adelante para hacerle un regalo, ya que tratar de devolvérselo ahora supondría una evidente falta de tacto, y no conseguiría con ello otra cosa mas que ofenderle
Os ruego me disculpéis el haberme excedido al extenderme tanto en esta presentación :sonrojado:, pero ha ocurrido casi sin darme cuenta y el rectificarla ahora para acortarla pienso que le restaría gran parte de la espontaneidad con la que ha nacido
Saludos cordiales, gracias por vuestra paciencia y buena ruta a todos